Es que era por mi pelo negro
Por la sangre que comparto
Porque en los sueños rompo caras de loza,
mascaras.
Ya no quiero que me duela.
Mis cabellos están cansados
Despertar y olvidarme de las caras sucias.
De mi sangre, y de mis parpados que ven rojo en la oscuridad.
Me regalaron flores imaginarias,
Cantaron a las estrellas canciones del color de mis ojos.
Me leyeron los versos muertos, esos que la gente olvida.
Ahora escucho un latido a lo lejos con mi nombre
Susurra que no moriremos solos, que esta maldición se termina aquí.
Pero estoy tan acostumbrada a vivir desterrada de la luz del sol
A ya no ser una jaula de piel
Aprendí alimentarme de aves que siempre vuelan más rápido que yo.
Soñando con amaneceres en la espalda de otros.
Dejarte ir como una inundación en mi cuerpo.
