Abismo

 Desde arriba mirando hacia abajo puedo ver el miedo en unos ojos oscuros como los míos. Puedo sentir el dolor salir por los poros en forma de sudor. Saborearlo, masticarlo.

Todo un ser temblando de miedo y dolor debajo de mis pies. 

En mí enciende un corazón que está lejos. Un corazón oculto del mundo. 

El sonido de la voz quebrada por culpa de mis pasos. Dejando huellas en una piel que aún que pareciera de acero se marca por unos momentos, hace que mi propia piel de hielo se erice.

Apoderarme de un cuerpo que quiere conocer más el dolor y la incertidumbre de cual será mí próximo paso se siente como mirar el abismo con la tranquilidad de estar viendo el mar.

 Recibir a voluntad a un ser perdido mostrándole el camino de la sumisión nunca había sido tan intenso. 

Incluso sin tener la necesidad de entregarme ni rendir mí carne para sentir placer.

Y eso soy. Soy la que te muestra ese abismo.

Ya no es amor ni odio, es vivir al límite. Es querer siempre más, llegar al placer tocando la nada flotando en la oscuridad de mis ojos.